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Tomando el análisis previo de 35mm donde observamos en profundidad la imagen elegida, el ambiente estaba vinculado con sensaciones eróticas y de misterio, contando con la figura de una mujer totalmente segura y decidida. Además optamos por respetar el contexto escenográfico que devela el frame, una habitación de hotel de bajo costo y dentro de mediados del siglo XX.
En primera instancia contactamos con un hotel que contenía aspectos similares al de la imagen, pero por cuestiones espaciales en cuanto a los equipos decidimos descartar la locación y construir el espacio en una de nuestras casas. Para disponer de una mayor recreación del espacio, volteamos horizontalmente el encuadre, logrando que la cama y la puerta coincidan con la ubicación respecto del personaje.
A la hora de recrear la puesta de luces priorizamos la existencia de una doble sombra generada por detrás del cuerpo del personaje y la tonalidad verdosa que posee en su entorno, también invadida en los laterales del cuadro por una luz magenta de intensidad tenue.
En cuanto a nuestro armado, planteamos una historia en donde nuestro personaje debe matar un compañero/persona que se encuentra en la misma habitación. Nuestro personaje recibe una llamada telefónica donde le confirman poder accionar, entra al baño a prepararse para luego salir directo a terminar con el trabajo.
La dilatación del tiempo y misterio del rostro nuestro personaje principal fueron decisiones tomadas previamente desde el guión y remarcadas dentro de la instancia de montaje, utilizando planos con largas duraciones acompañados de un movimiento interno dentro del cuadro y de recursos donde el cuerpo es cortado de manera tal que no resulte chocante no ver su rostro pero que sí funcione a la hora de registrarlo.
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